Por Mario Vargas Llosa
Editorial Alfaguara. Autobiografía 618 páginas, edición de 2006. Precio aproximado: 54 pesos.
Bryce Echenique escribió, no sin desdén, que Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) es un militante en todo lo que hace. Este libro de memorias corrobora que el mejor narrador de América latina aplica cuerpo y alma en sus dos empresas favoritas: la literatura y la política. Como él dice, mete las vísceras en sus opiniones.
El sello Alfaguara reimprimió una obra publicada en 1993 que intercala dos períodos cruciales en la vida de Vargas Llosa. El primero abarca desde la infancia hasta el viaje a Europa en 1958. El segundo arranca en 1987, cuando el desdichado populismo de Alan García lo convirtió en activista primero y luego en candidato a la presidencia. El autor de La Casa Verde detalla, en primera persona, los entresijos de la inmunda campaña electoral que llevó al poder en 1990 a un don nadie, a Alberto Fujimori.
Hay dos puntos muy sabrosos en la retrospectiva. Vargas Llosa comenta cómo gestó sus libros iniciales, inspirado tanto por Sartre como por Faulkner. Revela hasta su fórmula profesional: usar una experiencia personal como punto de partida de la fantasía; fingir realismo mediante precisiones urbanas; borrar al autor a través diálogos y descripciones objetivas; aplicar la actitud crítica sólo en el contexto u horizonte de la anécdota.
El segundo gran mérito es la didáctica explicación de la revolución liberal que tramó para el Perú, bajo una premisa de Hayek: que millones de pobres accedan a la inseparable trinidad de la civilización: legalidad, libertad y propiedad. De haberla concretado, acaso la exasperada Latinoamérica hoy sería distinta. ¿Sería mejor? Las privatizaciones que bosquejó eran -según sus propias palabras- tan distintas de las de Fujimori o de las de Menem, como el día a la noche.
Guillermo Belcore
CALIFICACION: Bueno
Editorial Alfaguara. Autobiografía 618 páginas, edición de 2006. Precio aproximado: 54 pesos.
Bryce Echenique escribió, no sin desdén, que Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) es un militante en todo lo que hace. Este libro de memorias corrobora que el mejor narrador de América latina aplica cuerpo y alma en sus dos empresas favoritas: la literatura y la política. Como él dice, mete las vísceras en sus opiniones.
El sello Alfaguara reimprimió una obra publicada en 1993 que intercala dos períodos cruciales en la vida de Vargas Llosa. El primero abarca desde la infancia hasta el viaje a Europa en 1958. El segundo arranca en 1987, cuando el desdichado populismo de Alan García lo convirtió en activista primero y luego en candidato a la presidencia. El autor de La Casa Verde detalla, en primera persona, los entresijos de la inmunda campaña electoral que llevó al poder en 1990 a un don nadie, a Alberto Fujimori.
Hay dos puntos muy sabrosos en la retrospectiva. Vargas Llosa comenta cómo gestó sus libros iniciales, inspirado tanto por Sartre como por Faulkner. Revela hasta su fórmula profesional: usar una experiencia personal como punto de partida de la fantasía; fingir realismo mediante precisiones urbanas; borrar al autor a través diálogos y descripciones objetivas; aplicar la actitud crítica sólo en el contexto u horizonte de la anécdota.
El segundo gran mérito es la didáctica explicación de la revolución liberal que tramó para el Perú, bajo una premisa de Hayek: que millones de pobres accedan a la inseparable trinidad de la civilización: legalidad, libertad y propiedad. De haberla concretado, acaso la exasperada Latinoamérica hoy sería distinta. ¿Sería mejor? Las privatizaciones que bosquejó eran -según sus propias palabras- tan distintas de las de Fujimori o de las de Menem, como el día a la noche.
Guillermo Belcore
CALIFICACION: Bueno
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