viernes, 15 de febrero de 2008

Pura anarquía

Por Woody Allen­
Editorial Tusquets. Cuentos, 187 páginas, publicado en 2007. Precio aproximado: 40 pesos.

Allen Stewart Konisberg -mejor conocido como Woody Allen- es un elemento esencial en la cultura contemporánea. Ha forjado películas indispensables, como Zelig. Ha enhebrado maravillosos cuentos humorísticos. Pero también lo admiramos por haber enamorado a mujeres mucho más altas que él, toda una proeza.
Este volumen incluye dieciocho relatos frescos que fueron escritos para la prestigiosa revista The New Yorker y son la quintaesencia del sabio-bufón de Brooklin. Puede alegarse que no hay nada nuevo bajo el sol, tal como ocurre con su filmografía de los últimos años (con la notable excepción de Match Point). Sí, Woody Allen manipula los mismos gags y procedimientos de siempre. Pero la ausencia de originalidad no le resta una pizca de gracia a las sátiras de Broadway, Hollywood, el psiconálisis y la novela negra. Por otra parte, buena parte de los textos se inspiran en alguna noticia de anteayer, caso la subasta de trufas blancas, el juicio al CEO de la Disney, las hazañas de un bandido indio, la invención de tejidos aromáticos.
El viejo ardid de mofarse de un cenutrio que se cree ungido por las musas origina situaciones desopilantes. Un escritor intenta novelizar una película de los Tres Chiflados. Un guionista es contratado para vender salmos por Internet. Un psicólogo recibe canciones como parte de pago. Un productor teatral quiere mezclar en un musical a Mahler, Gropius, Kafka, Wittgenstein y Popper.
También se parodian esos personajes o circunstancias que tienen a mal traer a los refinados y neuróticos burgueses neoyorquinos como las niñeras, los contratistas de obras, los santones de estrafalarias sectas, los campamentos veraniegos.
Se recomienda no ingerir este libro en público, provoca estruendosas carcajadas.­
Guillermo Belcore

Calificación: Bueno

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