Por Nathaniel Hawthorne
Editorial Norma. Relatos. Publicado en 2007, 150 paginas. Precio aproximado: 34 pesos
Oculta tras los mármoles de los tres colosos de su tiempo (Melville, Poe y Withman), brilla la figura sublime de Nathaniel Hawthorne (1804-1864), el moralista, el soñador. La letra escarlata fue su obra maestra, su testimonio imprescindible. Puede defin¡rselo, sin duda, como un escritor para escritores. Lo atestigua el minucioso ensayo que Jorge Luis Borges le dedica en Otras inquisiciones (basado en una conferencia de 1949).
El excelente prólogo de Eduardo Berti nos recuerda que Hawthorne inspiró a la posteridad. Pocas tentaciones para los narradores como estos Cuadernos Norteamericanos. Se trata de una colección de esbozos literarios, el embrión de relatos, miradas impresionistas. Algunos tienen la unidad de efecto del cuento hiperbreve. Obsérvese esta gema: ``Unos paseantes encienden un fuego sobre el monte Ararat con los vestigios del Arca''.
Prácticamente, todos los argumentos en bruto que incluye esta libreta de apuntes se dejan leer con placer y provecho y anticipan no sólo a Lewis Carroll, sino también a Joyce, Saramago, Kafka, Wilde, e incluso -he aqu¡ otro encanto- a un género entero como la ciencia ficción: ``Toda la gente que fue ahogándose en un lago reaparece de repente''.
Dijo Borges de Hawthorne: ``procuró hacer del arte una función de la conciencia''. El puritano, obsesionado por la moraleja, nos deja meditando en cada vuelta de página. Sentencia la página ciento catorce: ``Varios malhechores, desconocidos para el resto de la gente, salen de sus escondites debido a un hecho que se condice con la naturaleza de sus actos. La Revolución francesa, por ejemplo, hizo surgir a tales miserables''.
Guillermo Belcore
Publicada en el suplemento cultural de La Prensa
CALIFICACION: Muy bueno
Postdata: Un libro ideal para escritores en acto o en potencia
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