jueves, 10 de enero de 2008

Bandoleros

­Por Joao Gilberto Noll­
Adriana Hidalgo. Novela de 183 páginas.­ Publicada en 2007. Precio aproximado: 32 pesos
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Hay que celebrarlo. La industria editorial ha comenzado a divulgar la literatura de Brasil. Nos tropezamos así con escrituras tan misteriosas y exuberantes como las mujeres del país vecino. Bandoleros la segunda obra de Joao Gilberto Noll (Porto Alegre, 1946) que desembarca en Buenos Aires. Vale la pena conocerlo, manipula todos los ingredientes que caracterizan a un autor de culto; por ejemplo, la complejidad embalada en prosa sencilla.
El libro fue publicado en 1985 y su mayor encanto, acaso, radica en que desdibuja las fronteras. Es novela, pero con poesía empotrada, y con pasajes que tienen la potencia de la dramaturgia. Agrada el vaivén entre normalidad y locura y que el tiempo se confunda. El prologuista traza parangones con las películas de Godard y los libros de Beckett. Cunde la amargura corrosiva. Se expresa admiración por Ernesto Sábato.
El protagonista es un escritor hecho polvo porque su último libro no vendió nada, abandonado por la mujer que ama, cuyo querido amigo acaba de morir. Un domingo siente la necesidad loca de pasear. Se embriaga, se duerme, traba contacto con un saxofonista ciego maltratado por el hambre, se reencuentra con otro perdedor, el hijo psicótico del cónsul de Estados Unidos. El hilo narrativo salta al pasado, a Boston, donde la esposa del escritor, esa loca, fantaseaba con sumarse a una comunidad minimalista. La muerte, con derramamiento de sangre, revolotea en la trama.
Uno se deja llevar por el efectismo de las imágenes. La trama se convierte en átomos centelleantes. Se lee, no sin un estremecimiento. Como en aquel pasaje en que un hato de bandidos de pantalón corto arroja desde un morro el cadáver de un hombre blanco para felicidad de las aves carroñeras.­
Guillermo Belcore­

Publicado en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa.

CALIFICACION: Bueno

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