martes, 8 de enero de 2008

La doctrina del shock

Por Naomi Klein­
Paidós. Ensayo de 708 páginas.

La autora de este libro maniqueo y tremendista cree haber hallado una conexión maldita entre los tratamientos de electroshock en la universidad McGill, el cuartelazo de Pinochet, la Guerra de Malvinas, los oligarcas rusos, el surgimiento de Evo Morales, las convicciones de Domingo Cavallo, la masacre de Tiananmen, el desamparo de las víctimas de Katrina, la ejecución de Saddam Hussein.
El común denominador es la llamada doctrina del shock que desde hace cuarenta años propala una secta estadounidense. Es la famosa escuela de Chicago, liderada por Milton Friedman, a quien Klein esboza como una suerte del genio del mal. A grandes trazos, los Chicago boys predican una forma de capitalismo sin ataduras que necesita de catástrofes para avanzar. Una vez producida una crisis de primer orden -sea golpe de Estado, huracán, hiperinflación, tsunami o guerra- aplican recetas extremistas, como rematar al mejor postor los pedazos del Estado aprovechando que la gente esta atemorizada, sumido en estado de shock. La cofradía multiplicó su poder de destrucción en Irak.
La génesis del ensayo -explica Klein- fue el año que vivió en la Argentina. La autora señala a Rodolfo Walsh como uno de los primeros mártires de la resistencia al hiperliberalismo. La aplicación de torturas a los disidentes, insiste, es consustancial a las ideas económicas de Roque Fernández, Pedro Pou, Pablo Guidotti. América latina -denuncia a los gritos- ha sido víctima de una letal conjura para imponer una doctrina.
Más de 150 personas colaboraron con esta pensadora chic del movimiento antiglobalización para hilvanar un epopeya dramática que, aunque suena convincente en la descripción de ciertos fenómenos particulares, en conjunto termina resultando aburrida y tendenciosa.­

Calificación: Regular

Postdata: Compralo sólo si adheris al movimiento antiglobalización o consideras que el capitalismo es una calamidad historica.

Guillermo Belcore

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