Por Alberto Giordano
Beatriz Viterbo Editora. Ensayo de 223 páginas
Este blog desea testimoniar su asombro por la penetrante mirada de Alberto Giordano (Rosario, 1959). Es un crítico de fuste, con una capacidad de reflexión no contaminada por la ideología, la vanidad, o la estupidez. También merece elogiarse su valentía para reprender -si fuere necesario- a escritores o colegas. En la página treinta del libro, por ejemplo, denuncia la supuesta pereza mental de la comentarista Sylvia Saítta.
El sello Viterbo publicó una recopilación de ensayos de Giordano cuyo eje primordial es el registro de lo íntimo. Abren el fuego textos excelentes sobre Manuel Puig y Tununa Mercado. En Algo sobre mi padre, el crítico desmenuza una obra del uruguayo Roberto Apratto con un procedimiento que aplica la buena literatura: la ausencia de límites entre narración, ensayo y autobiografía. A continuación, curiosea en el corazón de Felisberto Hernández, desollando de paso el narcisismo monstruoso y las estrategias vanas de Julio Cortázar.
En la tercera parte, hay una reivindicación del diario de escritores, que ``se dejan leer como extraordinarias novelas realistas y siempre terminan comunicando algo auténtico sobre el oficio de vivir''. Los papeles de Angel Rama inducen al exégeta a meditar sobre el síndrome de la malquerida en el intelectual latinoaméricano. Se desmenuzan los sufrimientos de Gide, Cheever, Pizarnik y Ribeyro. El último tramo incluye un examen (desactualizado) de las Memorias de Bioy Casares.
La prosa de Giordano va de lo frondoso a lo recargado. Demanda toda nuestra atención, pero el esfuerzo se ve recompensado. Borges ha notado que el sentido común también puede resplandecer, la mera sensatez nos encanta.
Beatriz Viterbo Editora. Ensayo de 223 páginas
Este blog desea testimoniar su asombro por la penetrante mirada de Alberto Giordano (Rosario, 1959). Es un crítico de fuste, con una capacidad de reflexión no contaminada por la ideología, la vanidad, o la estupidez. También merece elogiarse su valentía para reprender -si fuere necesario- a escritores o colegas. En la página treinta del libro, por ejemplo, denuncia la supuesta pereza mental de la comentarista Sylvia Saítta.
El sello Viterbo publicó una recopilación de ensayos de Giordano cuyo eje primordial es el registro de lo íntimo. Abren el fuego textos excelentes sobre Manuel Puig y Tununa Mercado. En Algo sobre mi padre, el crítico desmenuza una obra del uruguayo Roberto Apratto con un procedimiento que aplica la buena literatura: la ausencia de límites entre narración, ensayo y autobiografía. A continuación, curiosea en el corazón de Felisberto Hernández, desollando de paso el narcisismo monstruoso y las estrategias vanas de Julio Cortázar.
En la tercera parte, hay una reivindicación del diario de escritores, que ``se dejan leer como extraordinarias novelas realistas y siempre terminan comunicando algo auténtico sobre el oficio de vivir''. Los papeles de Angel Rama inducen al exégeta a meditar sobre el síndrome de la malquerida en el intelectual latinoaméricano. Se desmenuzan los sufrimientos de Gide, Cheever, Pizarnik y Ribeyro. El último tramo incluye un examen (desactualizado) de las Memorias de Bioy Casares.
La prosa de Giordano va de lo frondoso a lo recargado. Demanda toda nuestra atención, pero el esfuerzo se ve recompensado. Borges ha notado que el sentido común también puede resplandecer, la mera sensatez nos encanta.
Guillermo Belcore
CALIFICACION: Muy bueno
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