domingo, 2 de agosto de 2020

Piquetistas, según Mircea Cartarescu

EL DICCIONARIO DE ASTERION XXI:

Piquetista: Sust. Com. Secta severamente perseguida en la Rumania comunista que se rebeló contra la degradación del cuerpo humano. “¡Muerte a la muerte“, fue la consigna fundante, aunque también enarbolaron pancartas con estos mensajes: “¡Abajo los accidentes!, ¡Sin fracturas de columna!, ¡Basta de dolor de trigémino!, ¡No a la desaparición definitiva!, ¡Detened la masacre!” Los piquetistas solían llevar un insecto muerto escondido dentro del puño, vestir con colores oscuros y reunirse para hacer piquetes, al amparo de la noche, en la puerta de la morgue y de los cementerios de Bucarest. 

En su colosal novela Solenoide (Impedimenta, edición 2015), Mircea Cartarescu recoge un poema y un discurso de uno de los líderes piquetistas, el físico oriundo de la ciudad de Magurele Virgil XX, pronunciado la noche de su muerte (al parecer lo aplastó una colosal estatua) en la década del ochenta. Trascribimos un fragmento de la página 363 que resume el manifiesto sectario:

“¿Cómo es posible que existamos? ¿Quién ha permitido este escándalo y esta injusticia? ¿Este horror, esta abominación? ¿Qué imaginación monstruosa envolvió la conciencia en carne? ¿Por qué hemos descendido a este cenagal, a esta jungla, a estas hogueras llenas de odio y furia? ¿Quién nos ha obligado a tener huesos y cartílagos, esfínteres y glándulas, riñones y uñas, pieles e intestinos? ¿Qué hacemos en este mecanismo sucio y blando? ¿Quién ha consentido el dolor, quien ha consentido los sentidos? ¿Qué tenemos que hacer con los racimos de células de nuestro cuerpo? ¿Con la materia que fluye por él como a través de un tubo de carne agónica? ¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Qué tomadura de pelo es esta? ¡Protestad, protestad contra la conciencia enterrada en la carne!” .

Los piquetistas fueron arrestados en masa por la Policía y la Securitate, internados en hospitales psiquiátricos como era norma en el mundo comunista, encerrados con los presos políticos en celdas miserables, pero los que quedaban libres podían ser vistos, con sus pancartas, con los ojos siempre bañados en lágrimas, allí donde se abría, como una flor carnívora, el sufrimiento humano en la capital rumana, refiere Cartarescu.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy útil. Muchas gracias. Sin el comentario me habría perdido micho de Solenoide.... Que estly lyendo ahora mismo

Verónica dijo...

Genial, Cartarescu! Solenoide tiene tanto que se excede. Muy interesante, compleja, profunda, memorable. Aún no la termino y anoto, investigo, me asombro. Literatura de peso, de la verdadera. Nada más que eso.
Gracias por despejar mis dudas con respecto a los piquetistas. Saludos.