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Foto: Sandra Medina |
Porque necesito un espacio donde compartir arrebatos, alegrías y frustraciones literarias. Porque deseo compartir las experiencias de lectura paso a paso. Porque parece que si uno no está ahí es un dinosaurio condenado a la extinción. Porque ciertas ideas se comunican en pocas palabras. ¿Por qué no?
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5 comentarios:
Uff, cómo le estás dando a Harry Quebert en twitter. A mí me está gustando bastante. Espero tu crítica devastadora.
Saludos,
Marcelo
Estimado Marcelo:
La verdad es que no me gustó. La construcción es compleja y ambiciosa, pero está tan mal escrita!!! Tanta cursilería me sofoca. Cuestión de gustos, obviamente. Publico la reseña despues de que salga publicada en La Prensa.
G.B.
¡Cuánta razón tenía usted, estimado Guillermo! A partir de la página 100, desde el momento en que se empieza a contar la relación de Harry con Nola, cada vez estoy más de acuerdo con su opinión. Igual el misterio me impide abandonar la lectura. Tendré que taparme la nariz en ciertos pasajes.
Saludos,
Marcelo
Me pasa como a Marcelo: al principio, la novela no parece ser tan mala, pero pronto se desmadra: se vuelve cursi, ingenua, obvia. De cualquier manera, es difícil dejarla por el gancho del misterio, como bien dice Marcelo, pero yo he creído descubrir al asesino desde la página 190, creo. A ver si se confirma mi hipótesis. Saludos.
Estimado Javier:
Sí, uno quiere saber quien es el culpable, claro. La intriga esta bien, ya verá que hay un juego metalinguístico que complica las cosas, que también está bien. ¡Pero qué mal escrito por Dios! La prosa es tan elemental. En fin, como siempre digo es cuestión de gustos. Mi reseña no tiene más valor que el de una opinión fundamentada.
Gracias, amigo, por escribir
G.B.
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