martes, 16 de julio de 2013

Utopía, la ficción paranoica

Aún estoy temblando. Es lo que lo generalmente le ocurre a las personas de estómago delicado cuando ven por televisión cómo le arrancan el ojo con una cuchara a un pobre hombre. La tortura, ¡maldita sea!, está a la orden del día en la televisión, y si fuese un paranoico diría que el establishment pretende que el público la perciba como parte de la normalidad. Pero no es el caso. Las violencia explícita, tipo Quentin Tarantino, es la única mácula sobre una miniserie extraordinaria: Utopía, otro producto fascinante del Reino Unido.

Para la primera temporada, Dennis Kelly ha escrito sólo seis capítulos de cincuenta minutos cada uno. Tienen una intención artística de la que suelen carecer sus primas, las series estadounidenses. ¿Arte dije? Sí, en las escenas saturadas de color; en las sólidas actuaciones, con personajes bien definidos y capaces de transmitir ideas y sentimientos incluso con sus silencios; en la elaboración de uno de los más aterradores villanos de estos días: Arby (Neil Maskell), especialista en asesinatos. Un psicópata gordito con cara de tarado pero letal como una víbora de cascabel. “Where is Jessica Hyde?”. Esta frase (pronunciada con una cadencia de drogón) te perseguirá en tus pesadillas.

¿Y de qué trata Utopía? Los amantes de las teorías de la conspiración quedarán saciados. Hay una organización secreta que desarrolla armas biológicas y, en un mundo con recursos menguantes, maquina exterminar a parte de la humanidad. La Red (así se llama) proviene de la Guerra Fría, controla multinacionales farmacéuticas y alimenticias, ha infiltrado todos los estamentos del Estado. La Red tiene un problema. Uno de sus fundadores, enloqueció y, en el hospicio, escribió una novela gráfica de culto: Los Experimentos Utopía. En la segunda parte del libro, se describen en clave simbólica los planes de La Red. Se mencionan profecías. Tropieza con el manuscrito, una pequeña comunidad de freaks de Internet: enamorados de los comics, gente común y corriente, incluso un niño de once años, que se ven arrastrados a un vorágine de destrucción inimaginable. La Red lanza sus mastines -con el siniestro Arby a la cabeza- para exterminarlos. Jessica Hyde (Fiona O'Shaughnessy) llega al rescate de Becky, Ian, Wilson y Grant. Huyen, con lo puesto, por sus vidas.

Sobre ese tronco, naturalmente, se desarrollan varias subtramas que van enriqueciendo y complicando el relato. No se puede estar seguro de nada. Las sorpresas y una larga cadena de asesinatos nos salen al paso. Bienvenidos, a la ficción paranoica. Channel 4 acaba de confirmar que habrá una segunda temporada.

Guillermo Belcore

3 comentarios:

Rökkur dijo...

Suena muy interesante! Hablando de series británicas espero que haya visto la serie Wallander (basada en los libros de Mankell. Es excelente!!

Guiasterion dijo...

Querido Rokkur:

Vi un par de capitulos (y me gustaron mucho) de la versión sueca de Wallander. Entiendo que Ud. se refiere a los que protagonizó Kenneth Branagh. Es una asignatura pendiente. Siempre estoy por buscarlos y, por una cosa o por otra, lo postergo. Tomo nota de la sugerencia.

Muchas gracias, por escribir

G.B.

ericz dijo...

Siempre es más fácil plantear una intriga que resolverla como la gente. En esta serie los ganchos son excelentes y el misterio y las sorpresas no lo son menos. Pero llega al final y todo se disuelve en la nada o en el absurdo. ¿Qué hizo Jessica Hyde todos esos años? ¿Qué fantochada fue el cómic?
En fin, ya me olvidé un poco pero en su momento me pareció que la solución estaba entre la pavada y la ridiculez, es decir cualquier cosa menos inevitable. Un final sorprendente una vez conocidos todos los hechos debe ser inevitable. Pero eso no es fácil de lograr.