Irene Nemirovsky
Salamandra, Novela 158 páginas. Edición 2014.
A los 23 años, Irene Nemirovsky (1903-1942) publicó esta novela en la revista Les Oeuvres Libres. Es decir, no es el fruto de un talento maduro, sino las primeras armas de una narradora muy talentosa que su país de adopción ha redescubierto por casualidad seis décadas más tarde, después de haberla entregado en vida al matadero nazi. Esa mácula infame jamás será borrada del rostro de una Francia que ahora elogia hasta la ñoñería a Nemirovsky, e incluso le entrega premios a título póstumo. Eso se llama “cargo de conciencia“.
El malentendido alude al cúmulo de desencuentros, mezquindades y confusiones que suelen estragar las relaciones de pareja no demasiado firmes. En este caso, un amorío clandestino. Yves Harteloup nació en cuna de oro, pero la Gran Guerra devoró su fortuna. Se gana la vida en una oficina que detesta. Nunca llega a fin de mes, pues dilapida su salario en fruslerías de aristócrata. Conoce durante unas vacaciones en Hendaya, a Denise, esposa joven y aburrida de otro ex veterano de guerra, ahora riquísimo industrial. No tardan Yves y Denise en enamorarse. Tampoco en convertir el vínculo en una pesada carga para uno y otro, por una sarta de equívocos.
Resulta imposible ubicar esta novela en el anaquel de la Alta Literatura, aunque no deja de ser gozosa la lectura si es que uno es de esas personas que puede soportar a pie firme el romanticismo fácil, una tempestad en un tubo de ensayo. Hay algo de Chejov o de Thomas Mann en esta precoz Nemirovsky. Hay un mundo burgués, con su clase ociosa, que se está yendo a pique en el tumultuoso comienzo del siglo XX. Hay un intento de forjar una poética del adulterio, y de explorar la psiquis de una persona neurótica, e incluso de esclarecer la complejidad de los sentimientos. El libro tiene encanto, el encanto de las fotografías color sepia, de la ropa blanca con olor a lavanda, de esa venerable institución francesa conocida como amante.
Guillermo Belcore
Calificación: Buena
PD: He terminado aficionándome a los libros de Nemirovsky. No exigen gran concentración y la prosa no carece de belleza. Es como tomarse un helado. En este blog se comentan cuatro obras de Irene:
- http://labibliotecadeasterion.blogspot.com.ar/2012/07/el-vino-de-la-soledad.html
- http://labibliotecadeasterion.blogspot.com.ar/2011/09/los-perros-y-los-lobos.html
- http://labibliotecadeasterion.blogspot.com.ar/2009/08/un-nino-prodigio.html
- http://labibliotecadeasterion.blogspot.com.ar/2010/06/el-caso-kurilov.html
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