sábado, 7 de abril de 2012

La confesión

John Grisham

Plaza & Janes. Novela, 502 páginas.


“El sistema de justicia para menores es sólo un caldo de cultivo para delincuentes profesionales. La sociedad quiere encerrarnos para siempre, pero es demasiado estúpida para darse cuenta que algún día acabaremos saliendo; y cuando salimos no es nada bonito”.

“Si matas bastante, te convences de que matar es bueno”.
J.G.

Está bien, de acuerdo. John Grisham, ese hábil fabricante de best sellers, no es literatura de primera categoría como un Thomas Pychon o un Don Delillo, dos de sus compatriotas más insignes. Pero tenemos aquí un vibrante alegato contra la pena de muerte, que nunca aburre, tallado en formato de docunovela, que no debería ser soslayado por el interesado en el tema o por el lector al que le basta una historia atractiva, sin muchas pretensiones formales y que puede digerir, sin atragantarse, el melodrama, el maniqueísmo, el vicio de explicarlo todo, los parlamentos inverosímiles, los finales redonditos, entre otros defectos notorios del thriller de supermercado.

Estamos en Texas, un estado-nación obsesionado por demostrarle al mundo los duros que son sus veinticinco millones de habitantes. Han montado -y mantienen muy bien engrasada- una maquinaria implacable para aplicar la Ley de Talión sin contemplaciones, incluso al precio de matar algún inocente. Esa es la tesis de la novela. En la pequeña localidad de Slone, una joven promesa del fútbol americano -afroamericano, para más datos- ha sido condenado a muerte por el supuesto rapto-violación-muerte de la chica blanca más bonita de su curso. Nunca apareció el cadáver. La policía le había arrancado una confesión, de la que se retractó al día siguiente. El juicio fue una farsa, a pesar de los denodados esfuerzos de un picapleitos legendario. Días antes de ser ejecutado el reo, aparece en una Iglesia luterana de Kansas un ex convicto -un mal bicho, un psicópata- que jura ser el verdadero asesino, incluso tiene evidencia que refirma su confesión. Comienza entonces una trepidante carrera contra la muerte, pero hasta Hércules, el de los doce trabajos colosales, se vería en dificultades si quisiese frenar la cadena de montaje de Texas. Hay escenas conmovedoras.

Grisham opina todo el tiempo, y no lo hace mal. Sus argumentos contra la potestad del Estado a asesinar a los ciudadanos que han asesinado resultan no sólo inobjetables, sino también convincentes. Entre toneladas de información, expone la brutalidad del sistema carcelario, la vileza de políticos, funcionarios y periodistas, la estupidez de gobernar basado sólo en el miedo o las bajas pasiones de la chusma, sobre todo de la chusma con dinero en la cuenta de banco. Un libro interesante, en síntesis.

Guillermo Belcore
Publicado en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa.

Calificación: Bueno

PD: Es un best seller, queda claro, ¿no? Y es evaluado como tal, no como Alta Literatura. Incluso la más menospreciada rama de la industria editorial puede engendrar buenos artefactos como ‘La confesión‘.

PD II: Entre una cosa y otra, ejecutar legalmente a una persona en Texas cuesta unos dos millones de dólares. La espera promedio en el corredor de la muerte es de diez años, la más corta de todo Estados Unidos.

2 comentarios:

io dijo...

Cuando la review de lo ultimo de Dolina? Me interesa tu opinion (adelanto que aun no lei ni una pagina).

Guiasterion dijo...

Querido amigo:

No creo que compre ese libro, tengo la impresión de que Dolina ya ha dado lo mejor de sí como escritor. Es decir, sólo leería la novela por encargo. Veremos que me dan este mes en La Prensa para comentar.
Un abrazo

G.B.