Irvin D. Yalom
Emecé. Novela. 390 páginas.
El best seller puede definirse como esa especie narrativa manufacturada según las leyes de acero del marketing. El genio artístico -cuando existe- baja la cabeza ante los intereses de la industria editorial; vale decir, aumentar el número de lectores será considerado siempre más relevante que las densidades tematicas o estilísticas. Esto no significa que el best seller carezca per se de virtudes. Cuando está bien hecho -como en el caso que hoy nos ocupa- su autor puede alardear de que ha entregado al Universo un producto instructivo, fácil de comprender y digerir, entretenido y que permite relajarse al lector. Todas estas ventajas, en efecto, están presentes en la última novela de Irvin Yalom, psiquiatra de la universidad de Stanford, aficionado a la Alta Filosofía (ha escrito también con gran éxito de ventas sobre Nietzsche y Schopenhauer).
En esta ocasión, Yalom quiere divulgar las ideas de Baruch Spinoza (o Bento D'Espinhosa), el erudito excomulgado en el siglo XVII por la comunidad judía de Amsterdam, quien osaba considerar a los actos y apetitos humanos como si fuese una cuestión de líneas, superficies o cuerpos. Ese racionalismo hipertrofiado fue una parte fundamental de la Ilustración. Las esquirlas llegaron hasta el siglo XX, al punto de perturbar al insufrible y malévolo Alfred Rosemberg, acaso el más incompetente de los esbirros de Hitler.
En febrero de 1941, el grupo de tareas del Reichleiter Rosemberg saqueó la Casa-Museo de Spinoza en Holanda. El libro ofrece una razón convincente de esa bárbara irrupción que encabezó pistola en mano un faisán dorado que creía ser el gran filósofo oficial de la Alemania nazi, aunque nadie lo tomaba en serio. La novela usa un procedimiento trillado, las vidas paralelas: capítulos impares las peripecias de Spinoza; capítulos pares, las de Rosemberg. Nunca cae en el tedio, porque los dos protagonistas son interesantes. Incluso cumple cabalmente la misión de popularizar las ideas de un pensador dif¡cil. Un buen trampolín para sumergirse en los abismos imperecederos del Tratado teológico-político de Spinoza.
Guillermo Belcore
Publicado en el Suplemento Cultural del diario La Prensa
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