“Vivimos una época extraña: de una gran inquietud y de igual esterilidad. Clamores de todos lados, ante el desmoronamiento actual, gritos y crujidos locos, pero también un silencio profundo de muerte, para quien sabe oírlo. Allí dentro, a pesar de la desesperanza, intento conservar una especie de calma que no sea -o no demasiado- de ceguera y de sordera, intento brindar un trabajo artesanal a la propia época, para no perder completamente la cabeza”.
Este párrafo luminoso, honra una carta que Jacques Derrida, el gran filósofo, envió al escritor Gabriel Bounoure. Fue escrito el 12 de enero de 1967, pero lo podría haber firmado esta mañana. Es fácil identificarse con el texto.
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