He aquí el argumento de otra maravillosa serie de la BBC, que no puedo dejar de recomendar con toda convicción. El anzuelo y la carnada obviamente es el retorno de Gilliam Anderson, en su papel de oficial a cargo de la investigación. Ahora rubia fatal, con suave acento londinense, licenciada en antropología, brillante policía, aunque incapaz de comprender el impacto devastador que causa entre los hombres. Aquellos exaltados que durante años clamaban por ver en los Expedientes X a la agente Scully sumida en el frenesí sexual, ahora se verán recompensados. El adversario de Stella se llama Paul Spector (Jamie Dornan) un consejero matrimonial desquiciado. Todos somos Jekyll y todos somos Hide (por eso Stevenson es inmortal). Paul es un padre de familia amoroso, protector de mujeres ultrajadas durante el día; homicida múltiple durante las noches.
Fiel a la premisa de que siempre es preferible calidad a cantidad, la BBC sólo elaboró cinco capítulos de The Fall, pero el final abierto hace presumir que habrá una segunda temporada. La espléndida detective (foto) no puede no quedar. Es un personaje que atrapa nuestra imaginación. La intención artística se percibe también en el trabajo del director Jakob Verbruggen (recuerdo en particular ciertos planos cenitales), las sólidas interpretaciones, la tensión dramática, y, especialmente, el moroso ritmo narrativo, acaso más propio de los libros que de la televisión, pero en cualquier caso una virtud que separa a los productos británicos del alocado mainstream estadounidense, tan apegado a la acción violenta. Y como si todo esto fuera poco, está el contexto. Belfast es una sociedad en carne viva, sanando día a día las heridas infligidas por el imperialismo británico.
Guillermo Belcore
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