Diario de un lector apasionado
Hay una demostración de estilo de la que sólo pueden decirse cosas buenas. Los franceses la llaman la mot just, yo quisiera inventar la subespecie literatura diapasón, es decir aquella en la que cada palabra da la nota exacta, es perfecta, si es que esto fuera posible en el arte. Obviamente, el mejor Jorge Luis Borges está allí; hay quien dice que Ernest Hemingway también. Yo postulo que buena parte de la literatura británica del siglo XX, con su sabrosa claridad y su manejo de la ironía, merece la etiqueta. Por ello, uno de los acontecimientos culturales de estos años en la Argentina ha sido el rescate por parte de editoriales locales (generalmente pymes) de aquellas joyas de la anglosfera que habían quedado fuera del alcance de los lectores curiosos y hedonistas (que no somos pocos) en este arrabal del mundo. Justo es decir que esa noble empresa de reimprimir buenos libros ingleses para su venta ha sido orientada o inspirada en buena medida por Don Luis Chitarroni.
La reflexión fue gatillada por la ingesta de otra joya de la corona británica. A los anaqueles de la Patria, el sello Fiordo trajo Hombres del ocaso, la primera novela de Anthony Powell (Westminster, 1935-2000). La lectura de unas pocas páginas me han convencido de que la obra, finamente editada, derrocha una virtud sin la cual -Stevenson estableció- todas las demás son inútiles: el encanto. Verbigracia, el encanto de la cháchara intrascendente. Tropecé también con algunos de los más adorables retratos que he leído en mucho tiempo. Véase esta descripción: “…era un pintor malo por naturaleza pero un deplorable barniz de destreza recogida en París hacía que la gente comprara de tanto en tanto sus obras”… Cambie usted “pintor” por “literato” y la frase le cabe como anillo al dedo a más de uno de esos escribidores argentinos que reptan por los suplementos culturales.
Para justificar el segundo dictum del primer párrafo (“el rescate de las gemas británicas del siglo XX ha sido uno de los acontecimientos culturales de estos años“) elaboré una lista obras altamente recommended de esa cornucopia, al parecer inagotable. Que la aproveches (por cierto, cada uno de los libros han sido comentado en este blog):
1) La mujer de Guatemala. V.S. Pritchett. La bestia equilátera. Cuentos.
2) La era victoriana en literatura. G.K. Chesterton. Prometeo Libros. Ensayo sobre literatura y arte.
3) Robinson. Muriel Spark. La bestia equilátera. Novela.
4) Ultima resaca. Patrick Hamilton. Manantial. Novela.
5) Mi perra Tulip. Joe R. Ackerley. Beatriz Viterbo Editora. Novela
6) El diván victoriano. Marghanita Laski. Fiordo. Novela
7) Tostadas de jabón y otros cuentos. Julian Maclaren-Ross
La Bestia Equilátera. Cuentos.
8) Memento Mori. Muriel Spark. La Bestia Equilatera.
9) Cuentos escogidos. Saki. Editorial Claridad.
10) Los años. Virginia Woolf. Novela. Lumen.
11) Un puñado de polvo. Evelyn Waugh. RBA.
12) La buena terrorista. Doris Lessing. Punto de Lectura. Novela.
G.B.
1 comentario:
Guilherme,
Quando vocé vai fazer uma critica sobre o escritor Charles Bukowsky, o será que por um acaso ele náo está na sua lista de bons escritores?
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